Sexo, mentiras y semen de sapo

Definitivamente parece que no sólo de pan vive el hombre. En Tailandia el semen de sapo es muy popular como afrodisíaco y como remedio a dolencias óseas, pero como ocurre tantas veces, la demanda supera con creces la oferta y las dos especies de sapo a las que se les extrae el semen están en peligro de extinción y por tanto, prohibida su captura.

Aunque bien es sabido que España es la cuna de la picaresca, no debemos subestimar a Tailandia (el país del mundo con más transexuales por metro cuadrado) y para solventar este problemilla de “agotamiento de recursos” han decidido falsificarlo.

El semen de sapo falso más extendido es la leche de almendras con piel de iguana seca rallada aunque me llama poderosamente la atención otra “receta”: horchata con unas gotas de jugo de pepinillo. Esto, aparte de añadir una nueva connotación sexual a la horchata valenciana (los fartons son todo un homenaje al falo y el hecho de mojarlo… ya sabéis), ha servido a las autoridades tailandesas para descubrir el fraude al sospechar de las ingentes cantidades de horchata importadas por una empresa del sector.

La acusación sólo ha sido de fraude y no de delito contra la salud pública, ya que el producto era inofensivo para el organismo.

Al fin y al cabo ya lo decía la tele: “Be semen, my friend”